La desigualdad es un riesgo de salud, y está empeorando

La desigualdad en la sociedad no solo afecta la distribución de recursos y oportunidades, sino que también tiene un impacto directo en la salud de las personas. Estudios han demostrado que las personas que viven en sociedades más desiguales tienen peores resultados de salud en general, incluyendo una mayor incidencia de enfermedades crónicas, menor esperanza de vida y una peor calidad de vida.

La desigualdad también puede afectar la salud mental de las personas, ya que la sensación de injusticia y falta de oportunidades puede llevar a problemas como la depresión y la ansiedad. Además, la falta de acceso a servicios de salud de calidad y la exposición a entornos más desfavorecidos también pueden contribuir a disparidades en la salud entre los grupos socioeconómicos.

Es crucial abordar la desigualdad como un factor de riesgo de salud, implementando políticas que promuevan la equidad y el acceso igualitario a los recursos necesarios para una vida saludable. Solo así se podrá garantizar que todas las personas tengan la oportunidad de vivir una vida larga y saludable, independientemente de su posición social o económica.